sábado, 22 de mayo de 2010

LA FALSA OPOSICIÓN DE LA LIBERACIÓN ANIMAL



http://corazondefuegorecs.files.wordpress.com/2010/03/la_falsa_oposicion_de_la_liberacion_animal.pdf

(fragmento)
"Desde sus inicios el movimiento de liberación animal ha tenido
una gran acogida en todo el planeta, con una mayor escala
en Europa y EUA; hecho que los activistas se han encargado
de autoproclamar como un progreso victorioso ante la explotación
animal. Cada vez más personas acogen esta lucha y muchas
de ellas pretenden erradicar el sufrimiento animal a toda costa;
esto se puede ver evidenciado en el gran numero de individualidades,
colectivos y/o grupos que se han venido consolidando de
forma legal o ilegal en el escenario pro-liberación animal. Todos
con el mismo objetivo pero con prácticas distintas.
Muchos anarquistas, libertarios y/o simpatizantes del ideario
ácrata no se han quedado atrás ante el avance de esta lucha,
acogiéndola en su diario vivir y dejando entrever su posición
ante la explotación de todo animal: humano o no-humano. Lástima
que en la mayoría de casos este acercamiento se genera
acríticamente, sin una previa reflexión y cuestionamiento acerca
del camino que ha recorrido y el rumbo que está tomando el
movimiento de liberación animal. Haciendo de esta lucha una
simple tradición o costumbre que se perpetúa debido a la falta
de criterios claros a la hora de vincularse a ella.
Es evidente que el movimiento pro-liberación animal se
distancia cada vez más de los principios e ideas anarquistas, interactuando
solo al compartir escenario en los encuentros, en
acciones ilegales y en la capucha, en lo que viene a ser la estética
y nada más que por hábito. En cambio se aleja de éste en sus
principios y objetivos, en lo que viene a ser el contenido.
* * * * *
Este texto fue publicado originalmente en la revista A murder
of crows, for social war and the subversion of daily life (Nº2,
marzo de 2007) de Seattle, EUA; firmado por Aden Marcos. Traducido
al castellano por individualidades españolas.
Se añadirá a modo de prologo un texto publicado en Barcelona
en octubre de 2007, titulado Replanteamiento de la Liberación
Animal entre Anarquistas, cuya iniciativa parece ser la
misma, hacer una crítica constructiva a los anarquistas más vinculados
con esta lucha.
Nota: Se debe tener en cuenta el origen del texto a la hora
de hacer la lectura, ya que en EUA el movimiento de liberación
está muy desligado, en su mayoría, del movimiento anarquista.

[...]
Desde hace tiempo nuestro estilo de vida ha sido y está siendo
continuamente diseñado y dirigido por el interés de quienes
toman el poder. Este interés siempre ha estado condicionado por
los parámetros de la domesticación, culpable de la privación de
nuestra vida salvaje. Dicha domesticación implica y necesita el
surgimiento y desarrollo de normas, más tarde algunas convertidas
en leyes y otras en dogmas morales, que han hecho de la vida
algo insoportable.
Así pues queremos la destrucción de esta vida, la no-vida, la
destrucción de lo existente, porque consideramos que no nos deja
ser nosotros mismos y nos sabemos negados como individuos. Nos
sentimos atacados porque no toleramos ninguna autoridad por encima
del individuo. No queremos que nada ni nadie nos diga como
tenemos que vivir, por lo cual no creemos ni en la ley, entendida
como el conjunto de normas impuestas por alguien con un interés
sobre los demás; ni en la moral, entendiéndola como el conjunto
de principios, no elegidos, que nos conducen a la conclusión sobre
lo que está bien y está mal. Detestamos la autoridad impuesta por
el Estado (o quien sea), y la interiorizada en cada uno de nosotros
reflejada en dicha moral.
Bajo estos preceptos creemos que debe estar basada nuestra
lucha diaria. Por esto odiamos el trabajo, el Estado, las relaciones
basadas en la mercancía, la civilización, la estructuración de las personas
en sociedades, la explotación de la tierra… y por defecto el
sometimiento de otras especies a la nuestra. Consideramos nuestros
intereses individuales por encima de cualquier cosa, pero no
sentimos nuestras especies por encima de las demás.
Mientras haya quien domestique estaremos en peligro de ser
domesticados nosotros también. Por eso tenemos la necesidad de
atacar a los domesticadores disfrazados de granjeros, científicos,
profesores, psicólogos, empresarios y animalistas. Por lo mismo la
lucha por la liberación animal la vemos necesaria. Pero no entendiendo
ésta como la lucha de liberación de animales o como el cese
de la crueldad sobre ellos, tiene que dejar de entenderse así, ya
que no nos conduce a erradicar la domesticación, para pasar a ser
entendida como la lucha por el fin del sometimiento de unos seres
sobre los otros. Comprendida así, perdería el sentido de la propia
palabra que otras personas le dan y se convertiría simplemente en
la lucha por la anarquía.
Dichas personas tienden a pensar en la “liberación animal”
como la liberación de los animales no humanos. A nosotros nos
ofende la separación de la lucha entre humanos y no, ya que es un
claro signo de diferenciación y exclusividad de la especie humana
sobre el resto (una muestra de especismo al fin y al cabo).
Hoy en día, el movimiento de la “liberación animal” se estanca
en las normas citadas: la ley y la moral. Asociaciones y colectivos
apoyándose en la ley piden nuevas reformas a los man-
datarios, a los domesticadores, por los derechos de los animales.
¡Qué paradójico! Se olvidan que la jaula aunque esté más limpia,
sea más grande o esté a cielo abierto sigue siendo prisión. De la
misma manera existen otros grupos y campañas por la “liberación
animal” fuera del marco legal, e incluso autodenominadas
anarquistas, que no se escapan de la moral. Sobre todo de la
moral cristiana evidenciada en formas altruistas y caritativas,
erigiéndose y dando la imagen de salvadores de los animales
demostrando así nuevamente su especismo (ya que para que
alguien salve a otro, este último necesariamente se le otorga un
papel de inferioridad) y convirtiéndose de forma egocéntrica
(que no egoísta) en mártires de su lucha como lo demuestra el
gran aluvión de entrevistas y/u homenajes a sus héroes. Obvio
que existe una gran espectacularidad en torno a estas luchas,
sino cómo explicamos las múltiples fotos de los salvadores encapuchados
con su animal liberado en brazos (claro fetichismo
del trofeo), otras muchas son grabadas en video y difundidas
sin ningún contenido explícitamente informativo. Éstos se limitan
a mostrarnos a unos encapuchados abriendo jaulas con una
bonita y épica banda sonora. Creemos que sería más ilustrativo
explicar las precauciones y los aspectos prácticos a tener en
cuenta para llevar a buen término la acción. El nivel de sensacionalismo
es abismal: animales maltratados, torturados, humillados,
asesinados, violados, vendidos, etc.; sólo para sensibilizar
a la gente común y ganársela aprovechándose de su compasión
bajo frases como: ¡Pobres animalitos! ¿Dónde ha quedado el resto
del discurso? Consideramos que se ha perdido. La totalidad
del discurso se ha visto reducido a una ínfima parte.
Lo que sí es verdad es que la lucha por la “liberación animal”
consigue un gran número de victorias, lo cual es muy importante
y positivo. Pero cuidado, porque se puede convertir en un arma de
doble filo. Por un lado puede incentivar el ánimo de otras personas
para que se sumen a esta lucha, pero por otro puede llevar a un
acomodamiento por parte de los activistas, que satisfechos por los
logros no se plantean nuevas formas y mucho menos nuevos contenidos,
ni profundizar en los ya existentes.
A pesar de todo lo anterior hay que reconocerle a este movimiento
su entrega, pero sin obviar su moralismo, y la recuperación
de estrategias muy validas y siempre reconocidas por los anarquistas
(no todos, eso sí).
La intensión del texto es iniciar un debate escaso a día de hoy
dentro del ámbito anarquista mas concienciado con esta lucha, para
no dejarnos llevar y deslumbrar por la espectacularidad y victorias
(mediocres para nosotros) de resto de grupos que sólo se preocupan
por rescatar algunos animales (da igual que sean 100.000) y no
por acabar con la domesticación de la vida."

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