"Dentro de unos diez días, si no te parece mal, podríamos ir a Palermo-dijo
Prefiero Ginebra-respondió
Estaba ante el caballete con un cuadro a medio hacer y contemplaba su obra.
¿Cómo pretendes vivir sin conocer Palermo?-intentó bromear.
Ya conozco Palermo-dijo
¿Y eso?-preguntó casi celoso
Una amiga mía me mandó una postal desde allí. La pegué en el váter ¿no te has fijado?-luego añadió- Había un poeta a principios de siglo. Era muy viejo y su secretario lo llevaba a pasear. "
Maestro", le dice, "¡Mire al cielo!¡Hoy vuela sobre nuestra ciudad el primer avión!"; "me lo puedo imaginar", dijo el maestro al secretario y no levantó los ojos del suelo. ¿Ves? Pues yo me puedo imaginar Palermo. Hay los mismos hoteles y los mismos coches que en las demás ciudades. Al menos en mi estudio hay siempre cuadros diferentes."
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